Hoy me encontré con dos ideas que coinciden en su esencia, que reflejan un mal de esta época (y ni hablar en países desarrollados). Todo lo que se obtiene con poco esfuerzo, la sociedad que nos empuja a consumir. La sensación de vacío interior y los objetos.
Estas dos me parecieron brillantes y quiero que se queden acá en este espacio.
"Los festejos ostentosos a
chicos que están apenas en el umbral de la existencia los habilitan a
creer que toda la vida se basará en el lema: pide y se te dará. Elimina
la noción de logro, de recorrido, de proceso. Y abona la creencia
de que un deseo es un derecho, algo tan extendida hoy en la sociedad.
Es decir, si lo quiero, es mi derecho tenerlo. Y es tu obligación, como
padre o madre, dármelo. Esto también contribuye a fomentar el egoísmo,
la competición disfuncional y tóxica, la idea de que el propio hijo no
puede tener menos que el vecino porque esto es una mácula en la imagen
paterna, y desde ya, un consumismo obsceno"
Sergio Sinay
"Estoy comiendo una
rebanada de pan tostado con manteca y mermelada de frutilla. No he
horneado el pan, ni batido la manteca ni recogido las frutillas. Mi
desayuno, a diferencia de mis escritos, está compuesto de fórmulas
rápidas, que no exigen habilidades y prácticamente ningún esfuerzo. ¿Qué
ocurriría si toda mi vida estuviera compuesta por placeres fáciles, que
nunca requirieran del empleo de mis
fortalezas ni supusieran ningún desafío? Ese tipo de vida predispone a
la depresión. Las fortalezas y las virtudes pueden marchitarse durante
una existencia en la que se opta por fórmulas rápidas, en vez de elegir
una vida plena a través de la búsqueda de gratificaciones. Los placeres
se encuentran fácil, las gratificaciones suponen la puesta en práctica
de las habilidades y fortalezas de las personas, y se obtienen con
esfuerzo". Martin Seligman
28.9.13
18.9.13
Días de Nido
Tengo abandonado mi blog... para una responsable compulsiva eso hace ruido. Pero el asunto más importante es que estoy gestando y ese es el sonido más bello que se sobrepone a cualquier otro, el más intenso y concreto, por lo cual decidí no preocuparme más que por esto.
Igualmente quería dejar algunas palabras para no sonar tan vacío durante el tiempo.
Este embarazo es un viaje, un viaje dentro del viaje porque también estoy de visita por mi tierra que tanto extrañaba, tierra raíz gente, reencuentro con lo propio.
Ultimamente tengo más preguntas aún respecto a la crianza, a la maternidad en si misma, a la palabra MADRE.
No son nuevas pero tampoco las de siempre, o mejor dicho están condimentadas por la proximidad al nacimiento de mi hija.
Verena Shmid, la obstetrica que conocí en Italia, cuando nos firmó su libro hizo alusión "al viaje" y me quedé pensando que si, gestar es un viaje, la primera escala.
La movida respecto a la crianza a veces parece centrarse en los primeros años del niño, el cambio que está sucediendo. Trabajo para ese momento también y entiendo perfectamente el motivo de este período, allí están las bases, los fundamentos. Es como construir con solidez. Lo que si me gustaría agregar que no todo termina ahí, porque es algo que estuve sintiendo a raíz de algunas experiencias de las que fui testigo.
Más adelante voy a profundizar sobre esto, el Amor extendido, la presencia en el tiempo, la constancia y paciencia, el poder viajar con nuestras creencias más allá de la ternura que nos despierta un niño pequeño, sino con los desafíos profundos que nos despierta el adolescente y el desamparo hoy de la gente joven.
EL viaje es largo aún, seguramente complejo y profundo, altamente enriquecedor. Que suerte poder estar en las filas para la siguiente etapa.
Igualmente quería dejar algunas palabras para no sonar tan vacío durante el tiempo.
Este embarazo es un viaje, un viaje dentro del viaje porque también estoy de visita por mi tierra que tanto extrañaba, tierra raíz gente, reencuentro con lo propio.
Ultimamente tengo más preguntas aún respecto a la crianza, a la maternidad en si misma, a la palabra MADRE.
No son nuevas pero tampoco las de siempre, o mejor dicho están condimentadas por la proximidad al nacimiento de mi hija.
Verena Shmid, la obstetrica que conocí en Italia, cuando nos firmó su libro hizo alusión "al viaje" y me quedé pensando que si, gestar es un viaje, la primera escala.
La movida respecto a la crianza a veces parece centrarse en los primeros años del niño, el cambio que está sucediendo. Trabajo para ese momento también y entiendo perfectamente el motivo de este período, allí están las bases, los fundamentos. Es como construir con solidez. Lo que si me gustaría agregar que no todo termina ahí, porque es algo que estuve sintiendo a raíz de algunas experiencias de las que fui testigo.
Más adelante voy a profundizar sobre esto, el Amor extendido, la presencia en el tiempo, la constancia y paciencia, el poder viajar con nuestras creencias más allá de la ternura que nos despierta un niño pequeño, sino con los desafíos profundos que nos despierta el adolescente y el desamparo hoy de la gente joven.
EL viaje es largo aún, seguramente complejo y profundo, altamente enriquecedor. Que suerte poder estar en las filas para la siguiente etapa.
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