Tenía ganas de compartir una anécdota personal que hace años me atravesó por completo.
Viajando por la India me crucé con una Argentina que tuvo la brillante idea de invitarme a Anantapur, región sur, a visitar la Fundación Vicente Ferrer. En esta ONG se trabaja para mejorar las condiciones de vida de algunas de las comunidades más discriminadas dentro del sistema de castas hindú: los dálits o intocables, los grupos tribales y las backward castes (http://www.fundacionvicenteferrer.org/es/)
Viajando por la India me crucé con una Argentina que tuvo la brillante idea de invitarme a Anantapur, región sur, a visitar la Fundación Vicente Ferrer. En esta ONG se trabaja para mejorar las condiciones de vida de algunas de las comunidades más discriminadas dentro del sistema de castas hindú: los dálits o intocables, los grupos tribales y las backward castes (http://www.fundacionvicenteferrer.org/es/)
La experiencia es muy larga de contar, repleta de matices, asombros, por tanta organización activa y concreta frente a los otros. Apenas llegé me sentí bienvenida, bien recibida.
Visité varios de sus programas, pero el que más me llamó la atención es el de Sanidad. La Fundación tiene una red de 20 clínicas rurales que permiten a los pacientes recibir tratamientos médicos básicos sin necesidad de desplazarse. Los casos más graves se atienden en los centros hospitalarios que funcionan como centros sanitarios de referencia: tres hospitales generales, un centro de planificación familiar, otro de atención y cuidados para enfermos con VIH/sida y un hospital pediátrico, que se inauguró en agosto de 2010.
En el centro de planificación familiar tuve uno de los regalos más lindos y poéticos que pude haber visto en mi vida. Apenas llegué vi como de añejos árboles colgaban telas de colores, los saris, vestimenta típica de las mujeres. En el viaje anterior a la India había escrito que este país te mecía en sus cunas de Saris, tan bellos, extensos, te abrazan, envuelven, como un fullar para adultos!
Cuando me acerqué al primero vi que había algo dentro, lo abrí y oh!! Un bebé recién nacido, me corrió un escalofrío. Asi empecé a recorrer uno a uno y en todos había bebés durmiendo, mecidos por el aire cálido! Mientras las mamás se atendían, o estaban en esperas, ponían a sus bebés en las cunas de Saris que los árboles sostenían. Asi los fui descubriendo, absolutamente maravillada.
Esta imagen guardada en lo profundo, es la que propulsó en el presente Nidos en Red.
Esta imagen guardada en lo profundo, es la que propulsó en el presente Nidos en Red.
Natalia, enhorabuena!!!! tienes un blog fantástico!!! Esta entrada de los nidos es entrañable... Un abrazo!!!
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