11.2.13

Un abanico de posibilidades

“Podía pasar” es otra de las frases que escuché en varias ocasiones después del aborto. 
Claro que podia pasar. Pero también puede pasar que alguien se desnuque subido a una escalera cambiando una bombita en la cocina de su casa, que te pise un camión pisando la vereda, asfixiarte con el huesito del pollo atrancado en la garganta, contagiarte cualquier cosa en cualquier lugar por el cual circules o muchos otros tantos.

Un abanico infinito pueden ser opciones en materia de desgracias
Mientras vas andando por la vida circulan velozmente infinitas posibilidades, de las positivas  y también de las negativas. No se porque a cada cual le pasa cada cosa.

Hace un tiempo me enteré que a una compañera, bastante más grande que yo, de uno de los primeros trabajos que tuve se le murió su hija en un accidente de tránsito, la chica solita se estrelló contra un camión. Nada me espantó más en ese entonces al enterarme de esa noticia porque a esta compañera se le habían muerto ambos padres cuando era chica ¿también la hija? ¿le tenían que pasar todas?

Podía pasar.

Lo mismo con la escritora Poldy Bird. Esta mujer se la pasó escribiendo para exorcisar la muerte de su madre cuando era niña. Después partió su marido cuando su hija era chica. Y ahora hace poco se le muere la hija misma! ¿puede una persona pasar por todo esto?

Podía pasar.

A veces son cuestiones de constelaciones familiares, como si el mismo sistema reprodujera una serie de pérdidas a lo largo del árbol familiar. Parece que un hecho no se relaciona en absoluto con el otro pero a con otro nivel de análisis existe una correspondencia, como esas personas que tienen accidentes o mueren en las misma fechas que otros de su familia en el árbol genealógico. De esto se ocupa el estudio de la psicogeneaología, muy interesante y útil.

Algunos entienden los hechos como karmicos, un resultado, efecto o reacción en esta vida o de alguna pasada que necesita expresarse o dicho de manera fea “pagarse”

En ambos casos podíamos decir: podía pasar…. pero con causa (un poco invisible)

A muchos se le cae de la boca con una facilidad enorme el “podía pasar” pero desde que nacemos nadie nos enseña en profundidad los tránsitos reales en las pérdidas, sean cuales fueren. Lo que duele, lo que se vivencia, la realidad del presente en relación a lo de antes, la añoranza.

El transito por estos momentos que todos (algunos más como dije antes, y otros menos) tenemos y la forma como lo vivimos habla de cada uno.

En lo personal tengo la luna en escorpio, y para el que sabe astrología entiende de lo que hablo, una intensidad como pocas. Me lamenté toda la vida de esto, pero ya no puedo cambiar a esta altura (¡ni en ninguna!) mi fecha de nacimiento. Entonces, y asumiendo esta forma, me entrego a vivir a fondo los sentimientos. 
Quizá para el resto es abrumador y preferiría pasarla  un poco por encima, pero está fuera de mi alcance, aunque lo intente tarde o temprano el sentimiento profundiza su experiencia. 
Estoy tan triste por haber perdido mi embarazo que no tengo lugar en mi donde esta tristeza no esté. 
Se que podía pasar, pero no me imaginé que el tránsito sería tan doloroso, jamás. Y esto tiene una razón, el intelecto surfea con la tabla de las ideas pero  la experiencia tiene la potencia de sumergirnos en el agua.

Puede pasar, sin dudas, pero cuando PASA y el verbo presente es ahora, se abre una puerta desconocida, aunque no sea la primera vez, como cada cosa y suceso son únicos en tiempo y espacio, siempre es la primera vez.  

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