31.1.13

Stop!! Pare de sufrir!

Últimamente parece que leo esto alrededor de muchas de las personas que me rodean, más virtualmente que otra cosa porque estoy super lejana de mi mundo mientras dura mi viaje en la Isla.

Caminando lentamente después de esta vivencia que comento en los últimos post …. ¿podría referirme a otra acaso? 
Y a quien le molesta lo lamento.  Mi centro de preocupación – ocupación está referido a hacer profundo contacto con los sentimientos, validarlos, darles espacio y lugar para ser lo más en eje posible, y poder estar asi enraizados a nuestro propio cuerpo. Disculpenme, no puedo entonces andar hablando de origami. 

Es así... perdí un embarazo, con toda la ilusión... hasta que de pronto algo pinchó mi globo, ¿puedo ser inocua al ruido y seguir andando para que “rápido todo se me pase”?

Al principio pensé que la gente estaba loca (yo nunca eh ;), pero me han dicho cosas como, “no te preocupes con el próximo bebé te olvidás de todo”… bue… espero que cuando tenga un niñ@, sea quien tenga que ser sin necesidad de hacerme olvidar nada. Procesar la vivencia es trabajo mio, no del próximo. Por otro lado entiendo que es una expresión desesperada ante lo desesperante del tema, pero poco atinada para el momento.

Todo esto me llevó a una idea que no tenía del todo corporizada; duele ver sufrir al otro, y mucho. 

Duele tanto que mejor “apurarlo, empujarlo, distraerlo, etc, etc” cuando el otro tal vez necesita quedarse ahí para madurar su momento. ¿Pero quien no sufrió en esta vida? Y aún así siguió viviendo de lo más bien… ¿quién no tiene sufrimientos en soledad, que no muestra a nadie, ahogados, y sin embargo sale a la calle vestido, compra en la verdulería, sonríe al vecino? 
Es una fantasía creer que el otro no tiene ni debe sufrir, y en el fondo un acto egoísta que lo único que hace es evidenciar la relación y dificultad frente al dolor.

No creo que haya que quedarse estancado ni tampoco negarlo, sino transitar el momento y sacar lo mejor de él. Pero nada más gratificante y pacífico que poder estar como a cada uno se le canta sin necesidad de andar hurgando en el baúl de los disfraces para buscar caretas que no quedan nada bien, aún cuando el carnaval esté por llegar.

* dedicado a Violeta, con quien últimamente puedo entretejer sensaciones que se van acompañando con profundidad, claridad y aceptación. Gracias!

26.1.13

Lo que traen las cosas, mejor SI decir.

A partir de lo que pasó, la pérdida del embarazo, muchas cosas se movieron a mi alrededor.

Al principio nos pusimos bastante firmes: no lo vamos a decir hasta pasados los 3 meses, así será. Pero era casi imposible cerrar la boca, particularmente con los seres intimos y las personas queridas. 

Estoy rodeada del tema maternidad, niños, puericultura, y conozco mucha gente de allí. Y poco a poco lo fui compartiendo, como un secreto sagrado, aunque sabiendo que los secretos no duran mucho, más entre mujeres. Pero no me importó demasiado. Llegué a los 3 meses y lo sabían prácticamente tod@s con los cuales me crucé vía chat, mail, etc (no personalmente porque estoy viviendo fuera de mi país)

Cuando me enteré la noticia pensé: ¡ahora tengo que desandar el camino! Ir uno por uno y decir: mirá, no… se perdió, este ya no será… de solo pensarlo quería llorar más y no tenía energías de enfrentarlo, de alguna manera era confrontar una y otra vez con la realidad.

Sin embargo con los más allegados no tuve que decir demasiado, solo pegué un grito profundo, desde el fondo del alma, que hablaba de la pérdida. Con otros tuve que ser un poco más “medida” pero igual de sincera, esto dependiendo de la intimidad del vínculo.
Y llegué a la conclusión que SI, lo mejor que pude hacer fue compartir esta noticia desde que fue para mi una realidad. Las palabras de amor, cariño, aliento, ternura, comprensión, caricias, sostén, ayudaron y colaboraron viento a favor para poder sobrellevarlo mucho mejor. Había quedado en un lugar de mucha vulnerabilidad, pero pude seguir estando y soportar todo el apoyo, parece una locura, pero esa es la debilidad que tenemos “las que nos hacemos las fuertes”

Esto trajo algo más, muchas mujeres  que ya conocía, compartieron su historia de pérdidas, ¡y yo sin saberlo, sorprendiéndome! Con ese gesto de “yo se lo que se siente”, caminaron a mi lado. Pero esto lo voy  a dejar para otro post porque da mucho que hablar sobre como atravesar estas situaciones. Lo que si quiero decir, es que decir, hablar, expresar, encontrar las personas justas, hace que cualquier situación deje de ser “me pasa esto solo a mi” para pasar a ser “todos somos parte de lo mismo, aunque los hechos nos toquen con diferente intensidad”.

21.1.13

La hermosura de los otros

Aun muy inmersa en lo que pasó los últimos tiempos, en medio de un mar de variadas sensaciones, si hay algo que rescatar es la hermosura de los otros.

Habiendo atravesado de adolescente-joven el duelo de mi papá pude entender desde aquel entonces que duelo es aquello que te trasciendo por encima de todo, fundamentalmente de tu voluntad. Duelo es algo que pasa inevitablemente y por más que lo quieras negar, correr, “no sentir”, se hace presente, particularmente si la pérdida fue importante. Es un momento al cual entregarse, dejarse llevar. Leí hace poco que Pilar Sordo habla de cuatro instancias(cuatro etapas por las cuales inexorablemente hay que caminar si uno quiere vivir el proceso sanamente. Los psicólogos han descrito que estas cuatro etapas son: la de shock, la de rabia, la de pena y, finalmente, la de reconciliación con el duelo).

Claro que en cuanto me refiero a un proceso personal no tengo en cuenta este dato teórico salvo para nombrar alguna si la detecto o simplemente pensar “debo estar sintiendo esto, rabia, es parte de lo que estoy viviendo…” el resto sirve para categorizar momentos y organizarlos. También aclara que estas instancias no son lineales sino se entremezclan.

Perder un embarazo es atravesar un duelo, diferente, pero implica pérdida, dolor, añoranza, sensaciones diversas que aparecen por encima de la voluntad. Es una experiencia muy corporal (cuerpo con todo lo que ello implica, no solamente un conjunto de órganos, sino cuerpo encarnado, integrado) radical, de un día a otro hay un cambio de estado físico, químico, hormonal, y emociones que reaccionan diversamente frente a este suceso.

Lentamente uno le va encontrando algunos sentidos, no es fácil, pero toda experiencia trae consigo un aspecto del cual podemos aprovechar para aprender. Y me digo, pasar pasó, mejor aprendamos de esto…

Y una de las cosas que veo es la repercusión en los demás, los que están más cerca, un poquito menos, pero claramente los que están. Y ver las diferencias en la forma de acercarse, alentar, consolar, transmitir amor, afecto, empatía, es maravilloso. Cada uno a su manera, a su estilo ha sabido y sabe acompañar, y es notable como todo se transita mejor, aún momentos críticos,  cuando el afecto está vivo y latente. Adoro al que puede acompañar simplemente, sin buscar ninguna explicación o reflexión, simplemente está ahí haciéndose notar su presencia amorosa, son como ángeles. Y valoro inmensamente a quien por estar presente aporta su visión de las cosas, busca soluciones, da, dice como puede, reacciona como puede ante el dolor, pero aún así está amorosamente. Los pienso y solo me sale una y mil veces decir: gracias, gracias, gracias.

Es innegable lo bellos que podemos ser, una amorosidad contundente, firme, atenta, presente. Los momentos más difíciles se transitan mejor cuando hay tantas flores alrededor, colores, perfumes, que alientan permanentemente a creer en la vida.


12.1.13

Nadie quiere perder, yo tampoco

Tu mandala

Vengo de donde no quise estar, y sin embargo regreso, un poco (o bastante) abatida.
Pisando la semana 13 de embarazo y por pura intuición... algo sentía que no iba, algo, no se bien como definirlo… tal vez desde el lado más impreciso de la lógica, ahí donde el olfato se impone, decidimos ir a una guardia para “ver”

Me siento en ese sillón dejándome al desnudo de la médica que hace la ecografía y su asistente, sabiendo que podía perder el juego en ese instante, o en realidad confirmarlo.
Silencio. La imagen aparece, ese bebé nuestro, ahí silencioso, más pequeño de lo que debería ser, detenido. Y mis latidos no se detienen, todo lo contrario, se acrecientan violentos. Su silencio me provoca, si estoy ahí desnuda, necesito con urgencia de tus palabras, de lo contrario no estaría. Pregunto en su idioma, llama a otro médico, no me dice nada y lo anuncia todo, los puntos bajan hasta que los tres confirman que lo perdimos.

Entra mi compañero, lloramos hondamente. Explican no se que cosas que no entiendo, urgida me levanto para cubrirme porque nadie percata que además de haber perdido estoy expuesta como un cuerpo sin persona. Me dan la mano, no quiero, puedo sola, o puedo con quien yo elija, no con ellos.
No digo nada, solo lloro, y cuando tengo una cosa que expresar, lo miro a él y comento secamente: quiero salir de acá.

Nos vamos. Ese día el raspado no, él dice que no estamos preparados, que no vale la pena quedarme internada, que al día siguiente sería lo mismo. Acuerdo. Esa tarde y noche nos sirve para dejarnos perder en el shock, la angustia, el desconcierto, no hay opciones ese día de decir que no, solo estar ahí donde nadie quiere estar.

Una vez más pienso que no se nos prepara para perder, ni siquiera lo tomamos como una de las opciones posibles a pesar de los miedos (que aparecen a nivel mental, lejos de la experiencia corporal), pero la pérdida es parte, incluye, si vemos bien, está contemplada dentro de las posibilidades. A pesar de eso, poco se habla, nadie quiere tener mucha idea de algunas cosas.

Este bebé fue en mi cuerpo, en nuestros corazones, parte ya de las familias, amigos, conocidos que supieron de él/ella y nos rodearon con tanto Amor. El tiempo que estuvo fue el que pudo, y no por eso es nadie. A pesar del dolor que todo esto lleva, decidimos asumir esta experiencia como parte de nuestra historia de vida, sin dejarla en un costado, sino integrándola, aunque no nos hallamos conocido físicamente el sentimiento nos tuvo cerca, y eso da sentido a la existencia.

Gracias por haber estado el tiempo que decidiste, dejándonos tantas preguntas, deseos, ganas, incertidumbres, dolores, penas y misterio. Ese tiempo fue tu tiempo en mi y en los otros, a tu manera.
Ahora te soltamos al viento, al espacio infinito, a las luces guardianas para que regreses a donde debas ir y encuentres jardines, paz, calor, entendimiento. Que tu ser de las vueltas necesarias por el espiral  y encuentre el rumbo que tu alma necesite. Mientras estuviste gracias por elegirnos, el resto nos queda a nosotros para aprender, entender, crecer y seguir andando.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...