12.1.13

Nadie quiere perder, yo tampoco

Tu mandala

Vengo de donde no quise estar, y sin embargo regreso, un poco (o bastante) abatida.
Pisando la semana 13 de embarazo y por pura intuición... algo sentía que no iba, algo, no se bien como definirlo… tal vez desde el lado más impreciso de la lógica, ahí donde el olfato se impone, decidimos ir a una guardia para “ver”

Me siento en ese sillón dejándome al desnudo de la médica que hace la ecografía y su asistente, sabiendo que podía perder el juego en ese instante, o en realidad confirmarlo.
Silencio. La imagen aparece, ese bebé nuestro, ahí silencioso, más pequeño de lo que debería ser, detenido. Y mis latidos no se detienen, todo lo contrario, se acrecientan violentos. Su silencio me provoca, si estoy ahí desnuda, necesito con urgencia de tus palabras, de lo contrario no estaría. Pregunto en su idioma, llama a otro médico, no me dice nada y lo anuncia todo, los puntos bajan hasta que los tres confirman que lo perdimos.

Entra mi compañero, lloramos hondamente. Explican no se que cosas que no entiendo, urgida me levanto para cubrirme porque nadie percata que además de haber perdido estoy expuesta como un cuerpo sin persona. Me dan la mano, no quiero, puedo sola, o puedo con quien yo elija, no con ellos.
No digo nada, solo lloro, y cuando tengo una cosa que expresar, lo miro a él y comento secamente: quiero salir de acá.

Nos vamos. Ese día el raspado no, él dice que no estamos preparados, que no vale la pena quedarme internada, que al día siguiente sería lo mismo. Acuerdo. Esa tarde y noche nos sirve para dejarnos perder en el shock, la angustia, el desconcierto, no hay opciones ese día de decir que no, solo estar ahí donde nadie quiere estar.

Una vez más pienso que no se nos prepara para perder, ni siquiera lo tomamos como una de las opciones posibles a pesar de los miedos (que aparecen a nivel mental, lejos de la experiencia corporal), pero la pérdida es parte, incluye, si vemos bien, está contemplada dentro de las posibilidades. A pesar de eso, poco se habla, nadie quiere tener mucha idea de algunas cosas.

Este bebé fue en mi cuerpo, en nuestros corazones, parte ya de las familias, amigos, conocidos que supieron de él/ella y nos rodearon con tanto Amor. El tiempo que estuvo fue el que pudo, y no por eso es nadie. A pesar del dolor que todo esto lleva, decidimos asumir esta experiencia como parte de nuestra historia de vida, sin dejarla en un costado, sino integrándola, aunque no nos hallamos conocido físicamente el sentimiento nos tuvo cerca, y eso da sentido a la existencia.

Gracias por haber estado el tiempo que decidiste, dejándonos tantas preguntas, deseos, ganas, incertidumbres, dolores, penas y misterio. Ese tiempo fue tu tiempo en mi y en los otros, a tu manera.
Ahora te soltamos al viento, al espacio infinito, a las luces guardianas para que regreses a donde debas ir y encuentres jardines, paz, calor, entendimiento. Que tu ser de las vueltas necesarias por el espiral  y encuentre el rumbo que tu alma necesite. Mientras estuviste gracias por elegirnos, el resto nos queda a nosotros para aprender, entender, crecer y seguir andando.


1 comentario:

  1. vos sos tan maravillosa, querida amiga. Tus ultimas palabras me hacen llorar. porque tu corazon es tan grande, tan luminoso, que nada nada nada puede obscurarlo. y el amor de que estas hablando es lo mas profundo que conozco! te quiero!

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