Y para el que quiera ver la entrevista que le hicimos desde Nidos en Red ir al siguiente link: http://referenciasenlarednidos.blogspot.com/2011/06/frida-kaplan-segunda-parte.html
Eutonía, un método para ayudar a nacer
"No era la primera vez que Mariela, una camarera de 30 años, daba a luz. Su hija mayor, Camila, había nacido hacía 11 años en una clínica privada, aunque ella no guardaba el mejor de los recuerdos del parto: era muy joven y estaba sola, pero, de haber tenido pareja, no le habrían permitido estar a su lado en ese momento. Así que cuando le recomendaron ir a dar a luz al hospital Posadas y le dijeron que allí funcionaba un servicio de obstetricia "en serio", confió, esperanzada. Pero lo que no sabía Mariela es que en esa mole de cemento, ubicada a la vera del Acceso Oeste, en Haedo, la esperaría además una propuesta de trabajo muy especial para atravesar el nacimiento de Ramiro, que ahora duerme muy plácido en su cunita.
"Llegué dolorida y nerviosa -recuerda esta mamá, que hace menos de 24 horas ha dado a luz cuando conversa con LA NACION-. Jamás me voy a olvidar de cómo me recibieron. Al principio no entendía, la partera (Laura Prado, de 27 años) me decía que con cada contracción pronunciara la letra «O» y que tratara de dirigir mi atención hacia el lugar donde sentía dolor? Ella me mostraba cómo tenía que hacer y me tenía de la mano, y después de la tercera o la cuarta vez que dije la «O», me sentí mejor? Parece algo tan sencillo y, sin embargo, ¡cómo ayuda?!", exclama.
El que escucha con emoción poco disimulada es Carlos Gutiérrez (de 32 años), uno de los cuatro licenciados en obstetricia (parteros varones) de nuestro país.
Charly -como lo llaman- es coordinador de residentes del hospital, donde nacen un promedio de 4000 bebés por año, ya que es una institución de alta complejidad donde se derivan partos de alto riesgo.
Cuando hace algunos años este joven partero conoció a Frida Kaplan, se convirtió en uno de los principales y más entusiastas multiplicadores del método creado por esta investigadora y docente argentina, que desde la conciencia corporal que propone la eutonía ideó un conjunto de técnicas que permiten hacer las paces con los dolores de parto y atravesar el nacimiento de un hijo con otra actitud.
Hace más de 20 años que Frida Kaplan dejó la actuación y se entregó por completo al diseño de su método de embarazo y nacimiento eutónicos. Hoy, a sus 74, ha ayudado a venir al mundo a cientos y cientos de bebés -el primero fue su propio nieto, Jonathan-, y pudo acompañar a mamás y papás en esta tarea tan natural pero a menudo tan complicada.
"Como mis clases las doy en el ámbito privado, quise difundir la propuesta más allá de quienes pueden pagar por un curso -explica Frida Kaplan-. Por eso lo enseño a obstétricos del hospital Posadas, para que lo apliquen en las mujeres que controlan su embarazo o que llegan directamente al hospital en el momento del parto."
Mariela no deja de mirar con ternura a su hijito. "Realmente -dice- no me acordaba de cómo pujar. Pero la partera que me asistió, que fue dulcísima, me refrescó la memoria. Y no sólo eso. Me enseñó algo nuevo que parece increíble: a pujar con una sonrisa. No es lo mismo que respirar y respirar. Yo estaba con Lucas, mi marido, que me pudo acompañar en todo. El también aprendió a hacer la «O» y pujaba conmigo?"
Las parteras saben que cuesta aceptar las premisas de este método. "Durante el trabajo de parto no siempre es fácil conseguirlo en el primer intento. Pero se logra." Frida, maestra en el arte de sonreír, observa a todos con ternura y agrega: "No es aprender a sonreír con el gesto únicamente, sino con todo el cuerpo. Cuando eso ocurre el diafragma baja, se pone firme y el suelo pélvico se distiende. Es sonreír y direccionar la fuerza ahí donde el bebé está haciendo presión".
Una de las claves del método radica en su sencillez. "Son propuestas muy fáciles de aprender -agrega la docente-. Acá se dan clases de preparación durante el embarazo, pero aun cuando una mujer llega al hospital directamente a parir, es también beneficioso."
Como el trabajo de parto puede durar horas, el equipo enseña a la parturienta y a su compañero (o a la persona que esté con ella) a aplicar estos recursos.
"El hospital tiene una sala de preparto y cada mujer puede estar con relativa intimidad con su pareja o acompañante -explica Valeria Fanti (26)-. No siempre es posible que haya un residente durante todo el trabajo de parto, que puede durar horas, así que integramos al acompañante y le contamos de qué manera puede ayudarla mejor. En ese momento, quien está junto a la parturienta no tiene molestias, pero está ansioso: ve a la pareja sufriendo y no sabe qué hacer, ahí les damos una tarea específica, eso los integra y ayuda."
La licenciada Melina Vincenti (30) admite que "existen muchas barreras culturales por atravesar. En un hospital no es un recurso fácil de implementar, pero el servicio médico conoce el método de Frida Kaplan y no hay una mirada externa que juzga e inhibe. Eso hace que para las mujeres sea más sencillo aceptar la propuesta. Pero Frida nos dice siempre que no podemos imponer nada. No es milagroso. El método es darles un elemento más para atravesar el trabajo de parto de otra forma, pero está en cada uno tomarlo o no tomarlo".
"Hay un equipo que está en contacto con la mujer para poder atravesar las contracciones e ir al encuentro del hijo con una sonrisa. Y no viene importado desde los Estados Unidos, viene desde el Oeste", concluye Frida Kaplan, mirando orgullosa el hospital.
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