No puedo pasar por alto la nota de La Nación escrita por Fernanda Sandez en este blog.
"Algo es real: nunca la niñez (cierta niñez, de ciertos sectores
sociales y en ciertos países del mundo) ha sido tan celebrada como hoy,
con derechos y hasta día propios.
Algo también es real: nunca tuvimos menos tiempo -ni
menos energía- para gastar con ellos. A nuestro rescate vienen entonces
las versiones 3.0 de la niñera electrónica: las consolas de juego, las
tabletas, los sitios de Internet en donde nuestros hijos tienen amigos
pingüinos y amigos dragones, y aprenden a divertirse sin molestar
demasiado. Aunque nadie se atreva a decirlo en voz alta, una de las
razones del brutal éxito de los dispositivos de entretenimiento es
nuestro inconfesable deseo de volver a ser nulíparos por un rato"
Nos faltan siglos para llegar a la altura de la niñez para entender y recordarla. Entiendo que el encuentro con nuestro propio niño interior y su horfandad puede causar terror en la mayoría de los casos. Pero el Amor tiene que ir más allá de nuestros miedos si queremos cambiar algo.
"Los niños nos instalan en la lógica del parpadeo: en un abrir y cerrar de ojos, ya son otros"
Si ellos no nos convocan los mejor de nosotros mismos ¿quienes?
Acá la nota completa: http://www.lanacion.com.ar/1519706p
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