Los buenos y los honestos

Cada día sospecho más de  los buenos. Asi de retorcida me levanté este domingo bien otoñal acá en Italia.

Definitivamente empatizo más con la honestidad que con la bondad intentada, además en lo personal me sienta mejor.

Para mi hija se lo deseo, una profunda honestidad consigo misma, aunque no siempre sea cómodo ni me guste, o al resto. FInalmente ella tiene que gustarse a si misma y ser coherente. Asi es más fácil sembrar encuentros verdaderos que rejuntes superficiales.
Se que en la vida hay y debe de haber de todo, pero lo que más disfruto, definitivamente, es la cercanía de dos almas vibrantes y sonantes que no intentan nada sino que son lo que sienten Ser.