Quiero armar un coro asi con los niños que trabajo, en especial con algunos, porque esta música me da algo de suave y liviano. No tolero más el peso pesado de su niñez quebrada en mil pedazos, de las ataduras mundanas a nidos de irreversibles posibilidades.
Me encantaría por un momento ponerlos a cantar asi y con sus propias palabras alas se vayan despegando del piso doloroso que los retiene a ser protagonistas de su tiempo de infancia. ¡Cuanta impotencia siento a veces! No me alcanzan los abrazos en una tarde, las miradas, son tantos y muchos los vacíos.
Cuando uno los escucha hay un peligro: ellos dicen lo que es... y es tan difícil a veces...
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