Busqué imágenes de madres grandes acunando a sus hijas y no encontré, por eso decidí poner la imagen de las manos como símbolo de contacto y sostén.
Me pasa que trabajando con mujeres en etapa de puerperio, siento el especial regalo maravilloso del acto de acunar a una madre (sabiendo que después este pequeño gesto se traduce en ampliar la posibilidad de que ellas puedan sostener con mayor plenitud a sus hijos).
Puede ser la etapa en la que transitan, la vulnerabilidad que genera la presencia del hijo, que la niña interior también está a flor de piel. La veo ahí, detrás del telón, tan inmensamente presente. Y como al mirarla solamente puede expresarse, decir sobre sus ausencias, aparecer. En cada madre también hay una pequeña niña.
Siento que esta es mi propia forma de sanar y mi manera de cambiar el pequeño mundo que me toca.
Me genera una ternura infinita porque las madres parecen poderlo todo y sin embargo necesitan de tanto sostén también, aunque no solo las madres, sino todos, pero ellas están sosteniendo y posibilitando vida.
Propongo una campaña en la que no se de solo el asiento a una madre con un hijo, sino que también se la considere completamente, con gestos, palabras de acompañamiento en sus decisiones sin juzgar ni medir sus acciones. Acompañar a las madres hace que ellas críen con más felicidad y seguridad interior. Acunarlas para que descansen y puedan ser sostenidas en un mundo muchas veces tan adverso (con la mujer, los niños, etc, etc)
Que maravilloso trabajo que tengo!!!
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