Cuando voy a la maternidad y entro a la unidad de cuidados intensivos escucho llorar a los bebés desde la incubadora. Y si el llanto es prolongado el corazón se te escurre. Fantaseo con el arrebato de abrir esas cajitas de cristal y consolarlos en su soledad tibia. Pero no se puede, están allí con el sentido de recibir lo que el afuera no puede darles, calor y cuidado.
¡Pero un bebé no tiene que estar separado de su mamá! Si por lo menos se pondría en práctica con mayor frecuencia el método Madre Canguro…
Tampoco puedo profundizar sobre cuidados intensivos en bebés prematuros porque desconozco detalles.
Hoy leí una nota en Clarín sobre el testimonio de una mamá que tuvo su beba de forma prematura y pasó largos días en la incubadora. Me gustó el título: “La incubadora fue el primer hogar de mi hija”.
Pensarlo como hogar me reconciliaba un poco más con la idea. Pero también pensé que este título estaba para cambiarlo un poco más, la incubadora es el segundo hogar, el primero es el útero y cuerpo materno.
Ojalá haya cada día más puericultoras que puedan acompañar a estas familias en este difícil tránsito. Y que puedan estar cerca de esas mamás apoyando, informando, en este inicio particular de la lactancia. La naturaleza es tan sabia que prepara la leche materna para ser consumidas por un bebé prematuro.
Acá la nota para profundizar en el testimonio: http://www.clarin.com/sociedad/incubadora-primer-hogar-hija_0_724127755.html
Te sugiero que le eches un vistazo a esto:
ResponderEliminarhttp://unobebe.org/?page_id=146
Des de luego nos falta mucho para llegar a un trato justo a nuestros bebés... sea por ignorancia, por descuido o por que a nuestra especie le falla algo...