Me enamoré perdidamente de esta historia. No se puede tanta ternura, dolor, emoción y belleza todo junto y mezclado.
A veces el cine parece haberlo contado todo hasta cuando uno se topa con estas obras de arte que sobresalen del montón.
Este intercambio de cartas entre una nena, Mary, y un hombre con Sindrome de Asperger me conmueven en los profundo.
Esa soledad de Mary conviviendo con un padre casi transparente y una madre poco segura la conectan por casualidad a través de un intercambio de cartas con Max, un hombre que padece este síndrome, muchos miedos y algunas manías. Sin embargo entre ambos se acompañan y sostienen, con una cuota de inocencia conmovedoras.
La estética de la animación es impecable.
La narración de los mundos de cada uno es profunda y significativa, no hay soledad más grande que la de sentirse incomprendidos.
Ojalá la puedan encontrarla y disfrutar, puede ser un poco triste pero la siento también bella y profunda, como cuando uno es con .... y la sola presencia de un otro da sentido al existir.
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